por Miguel Ángel Patiño
Ricardo Greene, coordinador del proyecto Cineducación (http://www.cineducacion.cl/), nos cuenta cómo, con aportes audiovisuales de entre 2 a 4 minutos, pretende generar un registro histórico y ciudadano de lo que está pasando en Chile. Greene, sociólogo e investigador audiovisual, reconoce que si bien el proyecto nació para ser una plataforma web que perdure en el tiempo, la velocidad con la que ha avanzado los llevó a tomar la decisión de lanzarlo en cines. Y ojo, porque no será un documental cualquiera.
¿Cómo y cuándo nace el proyecto de Cineducación?
Nace hace exactamente 2 meses. Sentí la necesidad de realizar un proyecto audiovisual que mostrara las características únicas del movimiento estudiantil, que en un principio era un movimiento colectivo que no abogaba por un problema específico, sino más bien por una convicción general de la sociedad. Es un movimiento quizás un poco anárquico. Muchos cineastas están haciendo cosas respecto a la educación, pero proyectos individuales. Entonces se me ocurrió hacer un proyecto colectivo, creando una plataforma en donde las personas pudieran compartir su mirada sobre lo que estaba pasando no sólo en las calles, sino también en las casas, ya que este es un movimiento que no ocurre solamente en la marcha sino que, por ejemplo cuando se come en la noche con la familia se conversa el tema.
¿El proyecto de Cineducación tiene algunos vínculos o inspiraciones con lo de “Mayo del 68” ocurrido en Francia?
Más que nada lo tomamos como referente, pero tratamos de distanciarnos un poquito dado que los escenarios son súper distintos. Sin embargo creo que el espíritu es más o menos el mismo, abogar por el acceso, calidad de la educación o por una sociedad más equitativa. En esa época salieron cerca de 10 cineastas a la calle a filmar cortos de 4 minutos. En el caso de ellos era mucho más efectivo, quizás porque eran todos profesionales, con videos editados en cámara, filmados el mismo día, en blanco y negro y sin audio, pero sólo desde el punto de vista de los cineastas. Al contrario de lo de Mayo del 68, aquí no serán sólo cineastas, sino también personas comunes. Todos pueden colaborar. Hoy la mayoría de las personas tienen acceso a cámaras de fotos que graban, filmadoras, cámaras de celular, etc. Lo que hacemos nosotros es crear una plataforma para que las personas colaboren y participen, sin distinciones.
¿Cómo funcionará la página web?
La plataforma de la página sale esta semana. En ella van a estar todos los videos que hemos recibido, además de la convocatoria a que todos participen. Los videos van a estar organizados en diferentes categorías, por ejemplo, en función del tiempo, donde puedes ver todos los de mayo, de junio, de julio, etc. Así como también por año, porque nos ha llegado hasta material de archivo de los ochenta.
¿Cómo han sido los aportes que han recibido?
Excelentes, pero creo que hay que aprender más del lenguaje audiovisual. Uno aprende a hablar y a escribir, pero se asume que uno solo con ver sabe apreciar y hablar el audiovisual, y no es así. Hay que aprender a ocuparlo, a saber comunicar con imágenes, porque cuando alguien vaya a subir un video de la marcha grabado con celular, y luego se meta a la página y se dé cuenta que arriba hay cuarenta videos más, iguales a ése, y mucho más interesantes, se van a dar cuenta que no tan sólo es importante el registro, sino también lograr que la imagen hable por si sola y diga lo que se quiere expresar. Además no es necesario que sean sólo aportes de marchas, sino también las miradas de cada uno que no siempre está reflejado en las protestas. Hay gente que ha filmado cosas de su casa que le recuerdan el movimiento, y eso también es un aporte.
¿Cómo van a compatibilizar el tema de la imagen? Si se suben imágenes grabadas con el celular la calidad no será la óptima.
Es que el problema es que mucha gente pone el énfasis en la película que después queremos hacer en formato cine, pero para nosotros lo esencial es la plataforma. Nosotros queremos que la plataforma después continúe y que la gente comparta su mirada, que sepa que existen muchas miradas sobre lo que está pasando de modo de favorecer el diálogo, explicar bien las demandas, mostrarle a la gente lo que pasa dentro de las escuelas en toma, etc. Los medios de comunicación de repente tienen una imagen muy sesgada de estos temas y no muestran todo tal y como es, en la plataforma estará tal y como es, mostrado por la misma ciudadanía.
¿Han recibido aportes o ayuda de caras más influyentes, famosas?
No sé si influyentes o no, pero hay gente que ya tiene el lenguaje audiovisual más desarrollado, como cineastas profesionales o periodistas. Tenemos el compromiso y apoyo de veinte cineastas profesionales hasta el momento. Patricio Guzmán, Pablo Larraín, Cristián Jiménez, Sebastián Lelio, por nombrar algunos. Nadie nos ha dicho que no y si no hay más es sólo porque no hemos tenido tiempo de preguntarle a más.
¿Tienen un tiempo límite para recibir videos o es algo que también quieren prolongar en el tiempo?
Depende del movimiento. En el verano vamos a hacer un corte para seleccionar los videos que van a ir a la película, probablemente entre Enero y Marzo, pero la plataforma va a seguir andando.
¿Han pensado cómo van a armar la película?
Hay varias opciones. Está la tradicional, donde alguien escoja los videos y se monte. Luego habría alternativas más interesantes, como armar un equipo de personajes heterogéneo, como Giorgio Jackson, cineastas, gente de ONGs, etc. La otra sería más acorde al proyecto, es que en cada proyección de la película los videos se escojan al azar. Que en cada proyección de la película se vea una película diferente y de esa manera no pondríamos ninguna mirada por sobre otra. Pero eso nos trae muchos problemas. Hay que ponderar cuánto queremos que se vea, se sepa y se discuta, y cuánto queremos respetar la heterogeneidad de los videos, asegurando una calidad con la que quizás puedas convencer a la gente de festivales y distribuidores. Igualmente queremos llevar el tema de los videos a los canales comunitarios. Estamos cotizando una pantalla portátil inflable, para llevarlo a plazas y espacios públicos.
¿Cómo están financiando el proyecto?
No está financiado. El único aporte con que contamos hasta el momento, fue un fondo que nos otorgó la Universidad Católica del Maule. Ellos están justo abriendo ahora una escuela nueva de ciencias sociales, renovando todo. Cuando a ellos les hablamos del proyecto, al día siguiente nos pasaron plata, fue impresionante. Sin más nos depositaron como 5 millones, y es con eso que hemos partido el proyecto. De eso hemos usado 4 en levantar el sitio y el resto en prensa, videos promocionales y pequeñas cosas. En el equipo somos 8 personas y nadie cobra nada. Esto ha crecido muy rápido y es difícil también estar así. Ahora estamos preparando dos fondos para el tema audiovisual, uno para la plataforma y otro para la película. Nadie quiere ganar plata con esto, pero sí validar el trabajo.
¿Qué te parece que las nuevas tecnologías les sirvan de herramienta para recibir las miradas de la gente y ustedes poder canalizarlas?
Al usar el audiovisual, la tecnología claramente te abre una puerta pero no necesariamente te lo facilita, porque hacer un producto que diga lo que quieres decir, no es fácil. No es como el texto escrito en que más o menos uno puede expresar claramente el punto de vista, en lo audiovisual es algo más complejo. Las tecnologías han ofrecido una nueva posibilidad de expresión que me parece muy potente, sin embargo el lenguaje audiovisual es complejo.
¿Están conscientes de que si el resultado de la marcha llega a buen puerto, su película y quizás su plataforma va a servir de referente histórico para otros países?
Absolutamente. A este gobierno le importa mucho la “imagen país”, la marca Chile, entonces cuando la marca se mancha, se preocupan porque quiere decir menos inversiones. La semana pasada estuvimos en Buenos Aires con el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y les hablamos de este proyecto pensando en la posibilidad de llevarlo a toda Latinoamérica. Y una de las cosas que dijimos es que podemos fortalecer el debate donde ya exista, como Chile, y poder gatillar el debate en aquellos países en dónde aún no existe un buen acceso a la educación. Anticipándonos y facilitando el debate, uno podría evitar explosiones violentas de estos movimientos, que es quizás lo que ocurrió en Chile.
¿Dónde y cuándo lanzarán el documental? ¿Pretenden llegar a más países?
Ya estamos en FIDOCS y en el FIDOCS Buenos Aires, ambos para el próximo año. No hemos tenido tiempo de escribirle a más gente, pero yo creo que va a circular bastante, en parte porque el movimiento estudiantil es noticia en todos lados y porque también el modelo de producción de esta película es bastante original.
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